viernes, 17 de abril de 2009

Nocturno (Carmen Iglesia)

Por las noches me mudo a tu garganta.
Abandono la tierra que sostiene mis pies
y busco la saliva que construye tu boca.

Y entonces me hago líquida.

O de arroz, como el hambre que se come a los niños,
huérfana en el ombligo de la luna.

Tan plena de deseo,
tan amplia y tan redonda como el beso de un ángel.

Existo sin materia,
agarrada al lugar que me prestaron,

como si dependiera de este cuerpo la luz.

Tan fértil siendo oscura.

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