Fui con padre, llevado de su mano,
a un tramo más al norte, curso arriba
de octubre y el molino, serio, iba
el silencio con él
fue el verano
un estío excesivo, seco, llano,
subíamos el cauce, piedra viva;
buscaba la callada, la cautiva,
tristeza de su ayer republicano
fue sospecha que tropas ya vencidas
arrojaron fusiles y los sueños
al fondo de las aguas
luego hallamos
en verdín unas armas sorprendidas:
nosotros -dijo entonces- somos dueños
sólo de las derrotas que callamos.
(De Desnudo de pronombre)
Un Poema de Juan Vicente Piqueras
Hace 6 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario