O poeta é um fingidor
Finge tão completamente
que chega a fingir que é dor
a dor que deveras sente.
Fernando Pessoa
Logré sobrevivir aquel invierno
gracias a la constancia de la lluvia
y a unas cuantas mentiras que, a su amparo,
me supe administrar a dosis leves.
Pero me sobrevino el mes de marzo
con un sol que guardaba sus caricias
para los jóvenes y los incautos.
Me fue imposible soportar su cielo
con sus brumas traslúcidas y cálidas
y el frescor de sus tardes silenciosas
que auspiciaban las náuseas más terribles.
Cuando llevaba tres o cuatro horas
sentado en el alféizar polvoriento,
con las piernas volando de antemano
como trapos colgados a secar,
sentí que me atrapaban unos brazos,
y luego vi los ojos lagrimosos.
Y después se acercaron los demás,
y todos me juraron que me amaban
y me dieron palmadas en el cuello.
Y un cura me prestó dos o tres libros
que están por ahí perdidos sin abrir,
y un médico mandó muchas más píldoras
que yo seguí sembrando en las macetas.
Y los niños dejaron de besarme.
Y pocos días después fue primavera.
Y yo ni me enteré.
Jerónimo Muñoz
Un Poema de Juan Vicente Piqueras
Hace 6 años
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